El mundo de hoeman

"Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor."

sábado, octubre 08, 2011

Tino Costa, necesario

No ha comenzado con buen pie la temporada el Tino Costa, de quien Emery parece dudar. Un futbolista que en principio esta temporada debía crecer está relegado al banquillo, o peor, la no-convocatoria. Es cierto que por su perfil, a veces da la sensación de que no "encaja" del todo en un sistema con dibujo 4-4-2, como también lo es que puede adaptarse a las demarcaciones de mediocentro, volante ("mediocentro ofensivo") e interior. Esta última una opción desdeñada pero que podría serle de gran utilidad a Emery: para dotar de más potencia al mediocampo y mayor responsabilidad ofensiva al lateral izquierdo, Tino podría partir de inicio de una posición escorada a banda izquierda y caer hacia el centro, moviéndose con cierta libertad y mucho mayor bagaje ofensivo. Otra posibilidad que no termina de cuajar, sobre todo cuando juega junto al patoso y aturullado con pelota, David Albelda (un "vicio" muy complicado de quitar, en Valencia existe una corriente de opinión periodística y aficionada muy extendida en la que se proclama que el capitán (tras varias temporadas de ausencia) es un futbolista imprescindible (sic) y merecedor de un puesto en la selección española (sic doble)), es la de su rol de mediocentro acompañante o volante, es decir, un futbolista box-to-box, con responsabilidades en la creación y organización, aunque mucho menores que la del otro mediocentro si éste es Banega, o cuanto menos repartidas si el que le acompaña es Mehmet Topal. Por último, la opción de que Costa asuma la labor del mediocentro puro no me desagrada en absoluto; especialmente teniendo en cuenta su personalidad, empuje y condiciones físico-técnicas. De hecho, los minutos que sustituyó a Albelda frente al Barcelona, pese a la opinión vertida mayoritaria de que fue un desastre, a mí me dejó muy buenas sensaciones.

No obstante creo que el rol que le viene al dedo es el de interior en un dibujo táctico tipo 4-3-3.

¿Por qué pienso que el Valencia debe "recuperar" a Costa? Primero, porque me parece un PROFESIONAL (así con mayúsculas). Segundo, por su carácter ambicioso, inconformista y ganador. Tercero, por lo que puede aportar en el aspecto deportivo, y no sólo directamente, sino también de forma indirecta: empuje, brega, entrega, pases en largo, conducción de balón, disparo, asistencias, trabajo, faltas tácticas, presión, ida y vuelta, juego combinativo, juego a balón parado, transición, contagio de compañeros. Rendimiento.

Ahora mismo, con razón por la mala gestión de Unai Emery, parece falto de confianza. Espero que el técnico valencianista recapacite y haga uso de uno de sus potenciales sustentos: éste es de los que no se borra de los partidos.

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jueves, octubre 06, 2011

La incontinencia verbal de Ricardo Costa

En los últimos días Ricardo Costa se ha prodigado en entrevistas incendiarias que recurren al enfrenamiento directo con su entrenador, Unai Emery. De éstas se vislumbra un rencor feroz por considerar que está siendo tratado injustamente con respecto a sus compañeros. No entiende cómo ha pasado de ser titular y hombre importante (a principios de temporada le eligieron uno de los capitanes) a suplente del suplente, o casi. De hecho, no ha entrado en alguna convocatoria y el día del encuentro frente al Sevilla, cuando Emery probó la defensa de tres, tampoco fue escogido. Desde su perspectiva personal, parcial y arbitraria, cualquiera podría entender sus quejas (más el fondo que las formas) si se pusiera en su lugar, asumiendo todas las circunstancias que le rodean.

Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, más global, pienso que en este caso poco se le puede reprochar a Emery ya que (esta afirmación es subjetiva, aunque basada en el análisis somero y la sinceridad) Rami y Víctor Ruiz son mejores defensas centrales que el propio Costa. A lo que hay que agregar, como mínimo por el momento, su compenetración y entendimiento. Las sensaciones que han ofrecido en este comienzo de temporada han sido francamente buenas. El sustento, el pilar, el eje, es Rami, creo que aquí no hay debate; aunque personalmente estoy encantado con Ruiz y su forma de entender el fútbol. A sus condiciones físicas (espigado, fibroso, bastante rápido), se debe sumar su "sensibilidad" con el juego. ¿A qué me refiero cuando digo "sensibilidad"? Pues básicamente, y de forma resumida, a que defiende para atacar, no sólo para evitar la ocasión de gol, sino para impedir la situación de peligro, y en algunos casos, para voltear las circunstancias y ser el iniciador de una oportunidad de atacar para su equipo. Esto es: siempre está atento a la anticipación, que es a mi juicio, la mejor defensa posible (aunque en caso de yerro, el desbarajuste que ocasiona es peligroso para los intereses de su equipo); va con valentía, agresividad y decisión al cruce; sabe cometer faltar tácticas. Por si fuera poco, su buena técnica individual y manejo de la pelota hacen que sea un recurso eficaz para dar salida al esférico en posesión, sin menospreciar su visión para el juego directo (la precisión de su golpeo en largo). Además es zurdo. No obstante, es una impresión muy personal, creo que estas cualidades suyas están infravaloradas, a veces me parece que le falta confianza para asumir mayores galones.

Con esta exposición, y haciendo una comparativa con Ricardo Costa, es complicado negar que el luso sale mal parado: por nivel, por rendimiento; y especialmente, por previsible asentamiento de una base fiable, en la que el equipo pueda confiar. El triángulo Guaita-Rami-Ruiz es uno de los mejores de esta Liga, y tanto la sustitución por Diego Alves en un caso, o Ricardo Costa en otro, penaliza en el rendimiento colectivo. Si a éstos se puede sumar a unos regulares Banega y Soldado (y por qué no soñar e incluir a Canales), se forma una columna vertebral de entidad, comparable a la de épocas pasadas gloriosas.

Y ojo, que ni Rami ni Víctor Ruiz están cercanos a la perfección, tienen sus defectos, pero de nuevo debo recurrir a la amplia diferencia de nivel para que la duda quede despejada. Ruiz podría ser, por el momento, el eslabón más débil en este debate, y sin embargo, es todo lo que Ricardo Costa no es (el portugués se coloca mal, mide mal, rara vez anticipa, tiende a recular cuando no comete una falta táctica por lo general flagrante). Digamos que Ricardo Costa es agresividad y profesionalidad sin talento, en cambio, todas las facultades de Ruiz están sustentadas por un gigantesco talento, que no es ni más ni menos, que su acertada forma de entender el fútbol: talento intelectual.

Una vez analizada de forma breve, la situación de forma particular y más global (también podría haber citado argumentos de tipo "el tiempo que lleva en el equipo", "el respeto para quien lleva una temporada comprometido", "le prometieron que contarían con él", etc. para apoyar la tesis a favor de más minutos para Costa); no extrañaría que alguien pudiera hacer una analogía entre el incontinente declarante y Patrick Bateman (el de American Psycho) por su ego desproporcionado y la realidad alternativa en la que parece vivir. Quizá todos vivamos en nuestra propia realidad alternativa: es muy diferente ver y analizar las cosas desde el "yo involucrado" al de "esta es la situación, en la distancia, donde no tienes nada que ver".

Por último, como dardo envenenado (para Ricardo o para mí mismo, en ese caso quizá fuera mejor denominarlo bumeran envenenado), decir que para mí el central del Valencia que mejor rendimiento dio en la pasada temporada fue Maduro. Hasta que le dejaron, claro.

PS: Tampoco se debe obviar que la Eurocopa está cercana y el no disponer de minutos le puede suponer a Ricardo Costa el perdérsela. Está nervioso y se nota. Posiblemente también decepcionado (porque pensaba que iba a contar: eso le dijeron). Sin embargo, no creo que ningún técnico pueda ni deba garantizar la titularidad de nadie. El club, el equipo, siempre debe estar por encima de cualquier individualidad. (Otra cosa sería que esa individualidad haga que el club, el equipo, obtenga un rendimiento superior con su colaboración)

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sábado, octubre 01, 2011

Crónica personal: Valencia-Granada (1-0)

Partido mil veces visto en Mestalla (y no sólo en la época Emery); dónde un equipo al "tran-tran" se impone por la inercia positiva que le ofrece jugar en casa y la superior calidad de sus componentes. Este Valencia, mil y una veces visto, es como esa añeja atracción de feria, denominada el tren de la bruja, donde el impasse y la situación previa (nervios y temores se acumulan) se imponen hasta llegar a un estado de sobreexcitación, y también, de excesiva sensibilidad que encauza al niño a vivir el susto como si realmente fuera terrorífico. Pero una vez lo piensas fríamente, ya más mayor, te das cuenta que la bruja en realidad no era más que una tía buena que se disfrazaba de fea, a veces sin conseguirlo; o que los enmascarados asustadores no son tan altos y tan musculosos como creíste; o que las chicas de la entrada/salida además de destacar por su simpatía lo hacían por sus generosos escotes, como reclamo conjunto para niños y padres. Así ha sido esta tarde este Valencia, un equipo en el más profundo estilo Jekyll y Hyde, o una de cal y otra de arena. (Ha engañado a su adversario)

Tras el nefasto, horroroso, zafio partido de Liga frente al Sevilla, en el que debemos incluir un "ataque de entrenador" de Emery, quizá queriendo emular al idolatrado War-diola; el encuentro frente al Granada comenzó de forma inmejorable, donde Canales hizo lo que los che fueron incapaces de hacer frente al equipo sevillano, es decir, disparar a portería desde fuera del área. También podríamos quitar el "a portería" de la frase anterior y seguiría siendo igual de veraz. A partir del gol, procedieron unos buenos minutos del Valencia, con mucha movilidad de los jugadores ofensivos, y continuas caídas al centro del campo, a apoyar y a defender, de Sergio Canales, que recupera confianza y sensaciones, y está convirtiéndose en uno de los virtuosos del equipo. Pero Piatti representa lo que pasó en estos buenos minutos de juego: empieza mucho, con intención y actitud, y apenas termina en condiciones alguna jugada: escoge mal, o lo que es peor, no llega ni a escoger (porque la pierde antes). Aun así, el equipo se vio partido en dos, con Maduro y Banega incapaces de imponerse en labores defensivas; y un Granada excesivamente replegado (defensa por acumulación) que salía con rapidez y premura, aunque sin lucidez, al contraataque. Después llegó la relajación del Valencia, algunas ocasiones del equipo andaluz, y una ligera recuperación en el juego del conjunto valenciano.

La segunda parte creo que la podríamos calificar directamente de patética. No patética en el sentido cariñoso del término (los patéticos verdaderos tienen mucho tirón), sino en el bochornoso. Tampoco podría señalar a ningún jugador del Valencia por un mal partido, no me pareció que nadie lo hiciera mal; en cambio faltó actitud y ambición y especialmente juego en equipo: rapidez en combinaciones, ayudas y desmarques, fluidez, ligereza, inteligencia, pensar un par de segundos antes, pensar. El Valencia pudo anotar, pero también el Granada. Tanto es así, que probablemente los dos mejores futbolistas del partido fueron los porteros: Vicente Guaita y Roberto Fernández. El excesivo conformismo, la siesta colectiva, las victorias con la gorra y por la mínima; si bien son puntos sumados definitorios para la clasificación general, dejan un sabor de boca agridulce para los menos conformistas, los que desean vibrar con el juego, cuanto menos la actitud, de su equipo. Una ligera decepción se apodera de su pensamiento: le conmociona porque a pesar de saber que lo importante en la vida es vivir, en la competición ganar; el ser humano siempre busca algo más, algo que no tiene y piensa puede conseguir, o al menos intentarlo.



(Me quedo con la autocrítica de Vetusta Morla)

Foto: www.terra.es

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