Lobo solitario

A pesar de un considerable e incipiente trancazo que me había estado castigando la garganta durante los dos días anteriores y me había hecho despertar a horas intempestivas (de cuando la gente joven vuelve a casa, borracha en su mayoría, tras una noche de fiesta) abruptamente, en el día que aún es noche; me decidí ir a ver al Power Electronics Valencia. Una decisión que podría considerarse inapropiada dado mi estado (efectivamente, he empeorado; además es posible que haya ayudado a propagar las malditas bacterias que atormentan y despedazan mi garganta, eso sí, por poco tiempo espero, un antibiótico se encargará de ello); pero que me ha servido para reflexionar. Un nombre: Jeremy Richardson. Cabizbajo, apático, con ganas de aportar pero sin poder hacerlo. Alejado del grupo. Desolado. Solitario. Rabioso o entregado. Lo tiene difícil. ¿No ha dado el nivel o no le han dejado dar el nivel? En este caso creo que el interrogante es más que apropiado.

Lo mismo ocurre con Manuel Fernandes (en realidad la situación es peor). Teóricamente debería estar en Turquía, junto a Guti. Las gracias sin gracia no se han hecho esperar: la que pueden liar por las noches, dice el tonto de turno. Joaquín, Albelda o Banega, por poner ejemplos variopintos, no la lían. No, qué va. Nunca se ha visto a Albelda, ese gran señor que denunció al club para salvarlo de Juan Soler, de fiesta, a altas horas de la madrugada, tras una derrota de su equipo. No, qué va. ¡Qué nos vamos conociendo!. Mientras a uno le están recordando día tras día el incidente de Café Cantante (como si el local les pagase por ello, ¡qué mejor publicidad!), a otros se les tapa y esconde todo (todo por mi amor). No sólo eso, sino que se manipula para defender a su protegido: ¡cuántas veces habremos escuchado o leído que Albelda denunció a Soler y no al club! ¿De verdad se nos considera tan imbéciles?

Volviendo al tema Fernandes; un hombre que desde que llegó ha sido vilipendiado, perseguido, humillado, enjuiciado, calumniado, etc. de la forma más vil y abyecta y despreciable y deleznable y grotesca y grosera y pútrida. ¿No ha dado el nivel que podría por condiciones? Efectivamente, en este punto estamos de acuerdo. ¿Lo ha hecho tan mal como se dice? Ni por asomo. Jamás nos pondremos de acuerdo en este otro, los intereses del vidente ciegan el juicio. Fernandes no és un sis o un huit, no és ni un Albelda ni un Baraja. Efectivamente, ¿cómo habéis llegado a esa conclusión? Permitidme esta provocativa licencia: existen medios más allá de Baraja y Albelda. El mismo Mendieta, uno de los mejores jugadores de los últimos años (aunque ya cada vez queda más lejos) en el Valencia, no correspondía a estos perfiles. Fernandes es un medio de apoyo, un volante de ida y vuelta, un todoterreno, un correcaminos, un centrocampista ideal para realizar una exigente y asfixiante presión adelantada que debe verse correspondida con el trabajo y la presión del resto del equipo para que surja el efecto deseado, incluso puede ser utilizado como interior jugón. ¿No ha cuajado o no le han dejado cuajar? Yo tengo mi propia visión del asunto: su actitud en ocasiones "pasota" y poco tribunera (al contrario que la del gran patriota), además de las campañas mediáticas continuas, continuadas, exacerbadas y manipuladas, y posiblemente su carácter introvertido y puede que incluso algo orgulloso, no le han dejado mostrar su potencial. Aquí nunca se entendió eso de que fuese a presionar arriba, nunca recibió las ayudas y continuaciones que requería este tipo de táctica, y por eso mismo, pienso, este año se está limitando a cumplir la tarea que le encomiendan, con un aprobado alto, todo sea dicho. Fernandes puede hacer mucho más, pero tiene miedo. Miedo de cometer un error y verse señalado como el origen de todos los males, como la personificación del diablo, como el golfo que se peleó en Café Cantante.

A día de hoy, no cabe duda: es un incomprendido, un lobo solitario; cuyo futuro en la entidad valencianista se aventura negro. Mis felicitaciones a todos los que os lo propusisteis: lo habéis conseguido; Fernandes tocado y hundido. Aunque, tirando del demagogo refranero español: la vida da muchas vueltas, la esperanza es lo último que se pierde, quién ríe último ríe mejor.