Albelda, elegiste el camino equivocado

Retrocedamos atrás en el tiempo y vayamos al 2004, donde un ninguneado Rafa Benítez -por la mayor parte de la directiva y los mismos medios de comunicación que ahora se inventan que la afición no lo quería- decidió separar su excelso camino del Valencia Club de Fútbol. Mientras los mediocres se encargan de poner a las alturas de un altar a segundones como QSF otros veneramos al verdadero artífice del establecimiento definitivo del club como uno de los más grandes de España y del mundo.

Apenas unas horas después de marcharse el mejor técnico de la historia del Valencia David Albelda hizo unas declaraciones cuanto menos sonrojantes y ventajistas como queriendo echar por tierra el magnífico trabajo de Rafa, y lo que es peor, dejando entrever que su prioridad era el dinero por encima de cualquier otra cosa en la vida:

"Debe estar agradecido al Valencia por ponerle una gran plantilla y poder hacer grandes cosas. No sé las razones por las que se marcha, aunque parece ser un tema económico. Los jugadores ahora tenemos el estímulo de un nuevo entrenador"

"No es empezar de nuevo. Cuando llegó, recogió el trabajo de dos buenos años con Cúper y Ranieri. No hay que darle más vueltas. En todos los clubs vienen y van muchos entrenadores. Por encima de ellos está la entidad. En el mundo del fútbol hay cabida para muchos jugadores y técnicos"

Estas declaraciones no hacían más que confirmar el declive mental y psicológico del capitán valencianista, al cuál en los meses anteriores Rafa Benítez le había llamado la atención por considerar que no estaba dando todo lo que podía. El principio del ocaso: el conformismo que poco a poco se convertiría uno de los pilares fundamentales del futbolista. Conformismo que se ha visto cada vez más acentuado a medida que ha pasado el tiempo con declaraciones del tipo "hay clubes que tienen mayor presupuesto por lo que no nos deberían exigir nada".

Las amistades -con esos amigos quién necesita enemigos- tampoco le están ayudando. Podría haber sido un símbolo del valencianismo, en cambio va a pasar a la historia como un mercenario y pesetero más.

Intentaré hacer una reconstrucción de los hechos: Koeman decide no contar con él porque no ejerce como verdadero capitán y lo considera una mala influencia para el resto de los compañeros y le recomienda que se busque equipo, Albelda lo filtra a sus amiguitos de la prensa y se arma todo el revuelo, después hace el paripé en una rueda de prensa para intentar quedar como víctima y mártir. No contento con ello denuncia al club por despido y sus amigos de la prensa le siguen el rollo, haciendo una montaña de una mentira y manipulando a diestro y siniestro ya que en ningún momento nadie le comunica que está despedido sino que no cuenta para Koeman. Su última acción desesperada es la de alegar "mobbing" laboral. Todo esto con el precedente de que la temporada pasada se pasó unas cuantas semanas llorando porque quería mejorar y ampliar su contrato (acababa en 2009), con actuaciones sobre el campo de dudoso nivel.

Con lo sencilla que es la solución: ven con una oferta interesante y te dejaremos marchar. David ha quedado preso de sus propias palabras: la entidad está por encima de cualquier persona.

Declaraciones de Albelda tras la marcha de Benítez.

Foto: www.elpais.es