Más fácil de lo esperado

Victoria menos sufrida de lo que a priori o por el resultado podría parecer. En todo momento el Valencia fue dueño del partido (que no de la posesión de la pelota), muy bien plantado sobre el terreno de juego. El Barcelona tenía el control del balón pero apenas daba sensación de peligro. Yo esperaba a un Barcelona hipermotivado... pero más bien ocurrió todo lo contrario: demasiado monótono, sin desborde, sin ambición. Y Ronaldinho una vez más volvió a demostrar que además de un deficiente compañero (éste señor sí que es egoísta) es un mal profesional, haciendo gala de sus habituales malas artes cuando las cosas no le van como él quiere: dos codazos, uno no sancionado y otro sí.

Pese a que no es santo de mi devoción, hay que reconocer que el planteamiento de Quique fue casi perfecto. Ayudado por los deméritos del Barcelona todo sea dicho, en el que vi dos errores continuados y fundamentales:
- Excesiva distancia entre la línea defensiva y el centro del campo, y justo en ese espacio libre es donde aprovechó Quique para intercalar a los atacantes; así mataba dos pájaros de un tiro: presionaba tanto a defensores como a centrocampistas.
- Nulo uso de las bandas en ataque lo que facilitaba mucho el trabajo defensivo del equipo.

Además, me encantó la rapidez con la que salía al ataque (no sólo al contraataque) cuando robaban un balón. El primer gol fue muy del estilo de la primera época de Ranieri, cambiamos a Mendieta por Silva y a Claudio López por Villa. Silva hace un pase largo para Villa, el asturiano que encara y centra y Angulo que remata. La crème de la crème. Personalmente me encantan este tipo de goles. Después llegó el segundo de Silva en otra gran combinación y el partido se acabó.

Aún hubo tiempo para las expulsiones de Albelda y Deco y el gol de falta de Ronaldinho en los últimos minutos. No mucho más.

Me quedo con todos los jugadores de nuestro Valencia, que demostraron que cuando están enchufados desde el primer momento son un equipo muy bueno. Esta actitud debería ser norma general y no excepción. También se notó que Quique preparó el encuentro a conciencia.

Volvemos a meternos en la lucha por la Liga aunque aún estamos demasiado lejos (4 puntos son un mundo). Y ahora toca pensar en la Champions, y más concretamente en el Inter. Escuché una frase en rueda de prensa de Quique que me gustó mucho: "Al Inter hay que tenerle respeto, pero nunca ir con miedo" A ver si lo cumple...

El ojeador juvenil: Joe Garner

Foto: www.valenciacf.es