Final Champions: el Manchester demuestra que es el mejor

En dos ocasiones, por dos veces, ha superado al Chelsea en el "sprint" final. Las dos mejores plantillas del mundo frente a frente, y victoria para los de Alex Ferguson. Desde este blog siempre se apostó por el Mancheter United como principal candidato a llevarse la Champions League, y así ha sucedido. Sin lugar a dudas, el mejor equipo de la temporada y del mundo en la actualidad.

El partido tuvo dos partes de tiempo reglamentario claramente diferenciadas. En la primera el Manchester United fue dominador del partido, con ocasiones clarísimas para haberse ido al descanso con más de un gol de ventaja, y sin embargo los 45 primeros minutos acabaron en tablas. Ferguson decidió aprovechar una de las mayores carencias defensivas del Chelsea, el juego por bandas, y puso a dos futbolistas bien abiertos a bandas: Cristiano Ronaldo por la izquierda y Hargreaves por la derecha, ambos llegando en varias ocasiones hasta la línea de fondo y creando muchas situaciones de peligro. Por supuesto, con el apoyo debido de Tevez y Rooney. El mediático luso en esta ocasión sí desequilibró acorde a su categoría, tanto desde lo colectivo como desde lo individual. Anotó de cabeza y fue un martirio para Essien y Joe Cole, que se veían incapaces de pararlo. A partir de el gol la intensidad de los Red Devils decreció, aunque aún llegaron claras oportunidades de gol, y cuando todo parecía indicar que se llegaría al final de la primera mitad con victoria por la mínima del Manchester llegó el gol de Lampard en una jugada desafortunada con un cúmulo de imprecisiones consecutivas.

En la segunda parte, y tras el golpe moral asestado, fue el Chelsea el que tomó la iniciativa en el juego y el que se acercó más a las inmediaciones de Van der Saar. Avram Grant tomó nota y para hacerles daño atacó por la zona defensiva más débil del Manchester: su banda izquierda con Evra y Cristiano Ronaldo. La citada zona era la de mayor potencial ofensivo de los Red Devils, pero también la de peor capacidad defensiva. El juego por ambas partes era descaradamente volcado hacia esa zona. Anulado Drogba, la opción escogida fue muy inteligente. Ello más la capacidad de desequilibrar de Lampard o Ballack en una jugada aislado o el balón parado eran los principales recursos de los "blues". Tuvieron dos palos para decantar el marcador a su favor... pero el gol no llegó.

En los minutos de prórroga no hubo un claro dominador y sí mucho juego subterráneo. Casi al final, el más gallo del patio, Didier Drogba, se autoexpulsó y dejó a su equipo sin un lanzador de penaltis solvente. La historia de los penaltis ya la sabemos todos: a Cristiano Ronaldo, el que está acostumbrado a ser la atención de todos los focos, le pudo la presión y marró. Si Terry anotaba en el último lanzamiento, el Chelsea, nuevo rico entre los clubes más poderosos del mundo, quedaría campeón de la Champions. Sin embargo un inoportuno resbalón del capitán inglés provocó que el esférico se estrellase en el palo y saliese fuera. A partir de entonces se decidiría todo en muerte súbita: si uno fallaba y el otro no, todo se habría decidido. Y el que lo hizo fue Anelka. Gloria para el Manchester, que ha sabido conjugar fútbol espectacular con otro más especulativo. Como ocurrió con el campeón de la temporada pasada: el Milan. O el de hace dos temporadas, por poner otro ejemplo: el Barcelona. Y es que para ganar siempre es un plus saber dominar cuantos más registros mejor. Justo y merecido campeón, el conjunto de Alex Ferguson, al que ningún equipo ha logrado vencer en esta edición de Champions League recién concluida.

WAYNE ROONEY, feliz pero con una "espinita" clavada

Creo que así es como se debe sentir el futbolista inglés. Jugó mermado físicamente y se notó, aún así resultó decisivo y muy peligroso con su formidable interpretación del juego colectivo y los pases en profundidad y asistencias que regaló. Estoy convencido que a un jugador imprescindible en el equipo como él, le dolió ser sustituido y no poder finalizar el partido y ser uno de los encargados de lanzar uno de los penaltis decisivos. Aún tocado como se encontraba.

Una bestia, para mí un futbolista superlativo, pero algo descuidado a nivel físico. Siempre ha tenido un aspecto tosco pero ahora me atrevería a decir que está algo pasado de kilos, lo que le merma en su rendimiento, sobre todo en cuanto a la velocidad en carrera. Debe perder unos kilos. Otra de sus "debilidades" (sí, entre comillas) es que a veces incluso se muestra demasiado generoso en su juego y falla demasiadas oportunidades de gol, ya que juega para divertirse y en beneficio del equipo por encima del suyo propio. Probablemente en este aspecto no debería cambiar mucho su forma de jugar, ya que existe el riesgo de perder su "magia" como futbolista, esa que es capaz de hacer levantar a cualquier espectador de su asiento.

No tengo dudas de que el inglés está deseando jugar otra final de Champions para tomarse su revancha particular.

Fotos: www.as.com