El fútbol ha sido injusto con el Valencia

O el Valencia ha fallado más que una escopeta de feria. Perfectamente esta podría ser la lectura del partido del Valencia frente al Recreativo en casa. El equipo perdonó y un despiste defensivo costó demasiado caro. Paradojas de la vida, crear ocasiones no tiene porque ir ligado a marcar goles. Y es que hay una verdad absoluta: cuanto más creas más fallas.

El Valencia fue dominador de principio a fin, tanto de la posesión del balón como de las ocasiones más claras. Aunque para ser más preciso, dominó a partir del minuto 30 de la primera mitad, hasta entonces ninguno de los dos equipos era capaz de imponerse y había una carencia de ritmo muy significativa, el Recre tan solo se encomendaba a una jugada individual de Sinama-Pongolle mientras el Valencia buscaba los centros a la cabeza de Zigic. Pero a partir de ese minuto el conjunto ché cambió el "chip" y decidió asumir la responsabilidad de llevar el peso del partido, con muy buen criterio. Banega tomó los mandos de la nave en la creación y el equipo lo notó. Sin embargo, aún seguían faltando las oportunidades de gol, hasta entonces escasas. Y fue un córner el que despertó el instinto del equipo valenciano, donde Silva dispuso de una ocasión múltiple que no supo o no pudo aprovechar. Desde aquí hasta el descanso los valencianistas tendrían numerosas y claras ocasiones, y es cuando llegaría el fantástico gol de Mata tras una maravillosa asistencia "a lo Pirlo" de Banega, resultando no menos espectacular el control a cargo de Mata. Llegaría otro gol de Zigic tras un rechace de Sorrentino a disparo de Silva, pero éste fue anulado por un claro fuera de juego del serbio.

La segunda parte comenzó como terminó la primera; con ocasiones para el Valencia. Sin embargo sería el Recreativo el que lograría poner las tablas en el marcador a los pocos minutos mediante un disparo desde fuera del área de Carlos Martins ante el que no pudo hacer nada Hildebrand. Fallo defensivo y despiste general del equipo, un saque de banda se acabaría convirtiendo en una losa que el equipo no se pudo quitar de encima, por lo que, evidentemente, era demasiado pesada. El Valencia de nuevo tomaría los mandos del partido, tendría la posesión y crearía las ocasiones de gol más claras, pero el marcador ya no se movería. En realidad sí que se movió, pero un nuevo gol, esta vez por parte de Silva, también fue anulado de forma justa por un fuera de juego que precedía la jugada. Así pues, unas tablas en el marcador que saben a poco por lo demostrado por uno y otro equipo. Un resultado final con sabor agridulce: amargo porque te quedas con la sensación de que se han escapado dos puntos, y dulce porque si el equipo continua en esta línea rara vez se le va a volver a escapar un partido como el de ayer. Mestalla agradeció el esfuerzo del equipo y aplaudió al unísono.

Ahora tocan las valoraciones personales y matizaciones desde mi humilde punto de vista. Creo que Koeman se "automutiló" con los cambios que realizó: son difícilmente inteligibles y los realizó cuando el equipo estaba ofreciendo mayor sensación de que podía remontar el partido. Además, me cabrea profundamente que Mata siempre sea el elegido para salir el primero del campo, más aún cuando estaba demostrando que era el más decisivo de cuantos se encontraban en el campo. Cabe reseñar que el planteamiento del técnico holandés fue atrevido y que el juego desplegado por el equipo mejoró y mucho a lo que la afición venía observando en los últimos años. En principio en fase defensiva organizada se optó por un 1-4-1-4-1, y en fase ofensiva se prefería una especie de 4-2-4 con intercambio de posiciones y caídas para apoyar de Silva y/o Mata. La posesión del esférico fue claramente favorable al Valencia, donde se pudo observar a un Banega que asumió responsabilidades y decidió, aunque también es mi deber reflejar que tuvo pérdidas de balón peligrosas. Por otra parte normales por los riesgos que tomó. Y por último, comentar Albiol cada vez me recuerda más a ese gran central de hace tres temporadas. Ha sufrido un bache importante en cuanto a juego y confianza en sus posibilidades, pero parece que se ha vuelto a centrar. Si continúa con la mejora y no resulta ser un espejismo los valencianistas podemos estar felices por "recuperar" a uno de los mejores centrales del mundo.

No hay tiempo para lamentaciones y toca centrarse en la Copa del Rey, hay que llegar a la final y para ello es imprescindible eliminar al Barcelona en semifinales. Tiempo para soñar, ilusionarse y animar. Porque para llorar y lamentarse cualquier día es bueno.

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Fotos: www.valenciacf.es