El fútbol puede ser maravilloso

Espectáculo en estado puro el de los 1/4 de final de la Champions. Enorme batalla entre Liverpool y Arsenal donde se impuso el mejor, mal que le pese a muchos. Rafa Benítez, una vez más, dio un recital de cómo afrontar un partido. Y tras el partidazo del Liverpool aún seguirán diciendo que este equipo sólo sabe jugar a destruir... majaderos ellos, majaderos yo.

El Arsenal comenzó muy fuerte el partido, con un ritmo altísmo, como queriendo desequilibrar la eliminatoria en un principio para más adelante "dormitar" el mismo con su fútbol control de posesión. Presión arriba asfixiante, intensidad sobrenatural, muchos esfuerzos individuales y colectivos. Lo que dio como resultado el dominio de balón y del partido durante los primeros veinte minutos, eso sí, con multitud de imprecisiones de por medio. El Liverpool, como siempre, mantenía la posición en el campo aunque se veía asfixiado a la hora de dar salida al esférico. No obstante eran ellos los que querían elaborar desde atrás mientras el Arsenal buscaba un fútbol mucho más directo y agresivo al que nos tienen acostumbrados. Así en el minuto 12 llegaría el tanto de Diaby. Tuvieron más oportunidades pero no fueron capaces de materializarlas. A partir del 20 es cuando los "gunners" bajaron el ritmo, mientras tantos los pupilos de Benítez seguían la misma línea desde el comienzo: el posicionamiento es clave, calma y tranquilidad con el balón, "pressing" al que va a recibir más ayudas, reculando siempre que sea necesario.

En un saque de esquina de Gerrard que remató de manera impecable Hyppia -con fallo en la marca de Senderos- llegaría la recompensa para los reds. Golazo y tablas en el marcador, el resto del encuentro sería dominado casi en su totalidad por el equipo local. Adelantaron posiciones y dominaron la posesión de la pelota y de los espacios, entretanto el Arsenal, exhausto, se echaba para atrás y era incapaz de ni tan siquiera recuperar el balón, menos aún de mantener la bola. Pero faltaba claridad de ideas.

La segunda mitad empezó como terminó la primera, con los Reds siendo los amos del encuentro. La máquina de hacer fútbol dispuesta por Benítez causaba estragos en el equipo de Wenger, que se veía superado continuamente, aunque aguantaba bien la posición de los futbolistas y el resultado. En ataque el Arsenal apenas era incapaz de ofrecer destellos a cuentagotas, prácticamente ni lo intentaba, o no le dejaban.

Hasta el 60 duró la aplastante superioridad del Liverpool, que decidieron bajar el ritmo sabedores de que había que reservar fuerzas ante los posibles cambios de refresco que pudiera realizar el adversario. Durmieron un poco el partido... y llegó el "picotazo" de Torres tras un saque largo de portería de Reina que dejaba prácticamente KO al Arsenal. Los "gunners" parecían un equipo sin rumbo, sin alma, sin capacidad para volverse a levantar. Pero supieron responder mediante una acción individual de Walcott, que con su vertiginosa velocidad montó un contraataque espeluznante para servir en bandeja el gol a Adebayor. Quedaban menos de diez minutos y el Arsenal estaba clasificado. Poco después llegaría el inocente penalti de Touré a Babel que se encargaría de transformar Gerrard. Partido sentenciado: en el descuento con el Arsenal volcado en la portería rival llegaría el cuarto del Liverpool obra de Babel.

Benítez demuestra una vez más que como entrenador sigue siendo el rey. El Liverpool hizo gala de un fútbol total que emociona y encandila a partes iguales. Dominó, supo mantener la serenidad y cambiar los ritmos, fue superior. Todo el equipo era un bloque sobre el campo: posicionamiento cuasi perfecto, concentración extraordinaria, movimientos de presión y basculación al unísono, soberbia ocupación de espacios en el aspecto ofensivo pero sobretodo a nivel defensivo, mortales en las estrategia, gran variedad de recursos ofensivos, desmarques de arrastre, todo el equipo se sacrifica.

En principio Benítez partió con un 4-4-2 con Gerrard y Kuyt escorados a bandas izquierda y derecha respectivamente, aunque lo cierto es que se iban mucho hacia el centro dejando espacio tanto para que cualquiera de los dos puntas (Torres o Crouch) cayesen por esa zona como para la incorporación de los laterales (Fabio Aurelio, Carragher). Cierta libertad creativa y de movimientos para Gerrard, el líder y amo del equipo. Es justo todos los futbolistas reds rallaron a gran altura, lo hicieron de matricula de honor Skrtel, Fabio Aurelio, Mascherano y Gerrard.

Estos partidos son los que hacen posible que el fútbol mueva tantas masas. Por mi parte, sólo queda agradecerles a ambos equipos lo ofrecido.

PD- No puedo dejar la oportunidad de finalizar con una reflexión: el equipo "defensivo" fue el más ofensivo, tanto por lo demostrado en el terreno de juego como por la formación inicial de cada equipo. ¡Cuánto daño hacen las etiquetas superficiales y poco meditadas!

PD2- Carlos de Betis y más fútbol me ha realizado una entrevista/encuesta de opinión, pasaros a leerla si lo estimáis conveniente.

Fotos: www.dailymail.co.uk, www.football.co.uk