Un plan

Es lo único que se necesita. Pero para ello son indispensables las personas adecuadas. Todos proponemos soluciones, pero la realidad es que la mayoría de éstas sólo sirven a corto plazo. Y eso no es mucho para un deporte al que no se le vislumbra la muerte, pese a que algunos intenten lo contrario. Un deporte inmortal, el rey de todos. Yo soy de los que piensa que en un plan es imprescindible tener en cuenta el medio plazo, no me sirve el corto plazo porque además de no garantizarte resultados, cavas tu tumba de cara al futuro. Y tampoco el largo plazo porque lo más probable es que desitas antes de obtener lo que buscas. El medio plazo siempre debe estar presente, así se podría optar por un plan a corto-medio plazo, uno a medio-largo plazo o lo que es mejor aún, uno a corto-medio plazo con posibilidades de convertirse en medio-largo plazo.

Una idea, es todo lo necesario para desarrollar un plan. Un nombre. Aunque claro, si las cabezas pensantes van ser Villar, Gaspart o Cortés tampoco podemos esperar mucho. Todos esperamos una revolución, pero partiendo de la base que para que ésta sea posible Villar & company deberían estar de patitas en la calle, algo que a día de hoy parece impensable, pues no hay mucha esperanza.

Aún así, pongamos que se quedan, con o sin la panda de impresentables éstos las cosas deberían cambiar mucho. Es irrisorio que los seleccionadores sean tipos que nunca han conseguido nada más allá de resultados mediocres y con vistas cercanas a la jubilación. Pero que se puede esperar, si lo máximo que pagan son 100 millones de las antiguas pesetas. Yo soy de los que pienso que el entrenador es la figura más importante y decisiva para obtener resultados, y más en torneos de selecciones. Con un gran entrenador, una Federación nefasta y unos jugadores mediocres se puden conseguir altas cotas. Yo quiero un Rafa Benítez, un Marcello Lippi, un José Mourinho, un Felipe Scolari, o en su defecto un entrenador joven con demostradas capacidades tácticas y ganas de comerse el mundo. No creo que sea tan difícil. Si queremos resultados debemos tener al mejor en el banquillo. Lo de los jugadores creo que es totalmente secundario (a no ser que te lleves una panda de aficionados). Está claro que cada español tenemos nuestras propias ideas y nombres en mente, pero al fin y al cabo, somos sólo eso, aficionados.

También están por ahí los medios de comunicación, para mí anti-españoles. No es de recibo que armen polémica por cualquier gilipollez, creen debates que no sirven para nada, tengan a sus protegidos (Torres, Casillas, Ramos, Raúl) y las cabezas de turco siempre sean los mismos (Albelda, Puyol). Pero claro, para hacer frente a esta banda de chaqueteros es necesaria la figura de un seleccionador con carácter y que esté muy seguro de sí mismo.

La solución más sencilla: un seleccionador dispuesto a rebajar (y mucho) su sueldo, considerado uno de los mejores, con carácter y criterio propio, dispuesto a aguantar un excesivo desgaste por el bombardeo mediático al que sería sometido. Un nombre, un plan, una utopía.

La solución ideal: la marcha de Villar y todos los empleados de la Federación, que a su vez fuesen reemplazados por personas honradas y profesionales, destitución de Aragonés y contratación de uno de los mejores entrenadores, despido de todos los "pseudoperiodistas" y que fuesen reemplazados por otros muchos más honestos y profesionales, que no se mezclase el fútbol con la política, que todos remasemos en la misma dirección. Compromiso. Una utopía.

La base que tenemos (en cuanto a nivel futbolísitico) es impresionante. Podríamos ser mucho más de lo que la gente piensa.

Referencias:

Perarnau Blog Sin solución

Puénte aéreo futbolero A Benidorm... todos.

La cola de vaca Análisis: El futuro de la Selección

Érase una vez un ladrillo Suecia-España: resumen muy resumido