Siesta colectiva

Va a tener razón José Blas Pérez (Radio One) en que jugar a las 5 de la tarde nos sienta mal, muy mal. No sé si es porque hay que reposar la "paelleta", pero es cierto que en este horario siempre nos cuesta más de lo habitual ponernos las pilas.

El Valencia salió sin tensiones y perdió lo que es característico de este equipo, la concentración y la solidez defensiva. Y sin esto nos convertimos en un equipo muy vulgar, tanto es así que durante los primeros diez minutos de partidos el Celta nos hizo un sinfín de ocasiones de gol.Después poco a poco los jugadores se fueron entonando y tuvieron la manija durante la primera parte hasta que llegó el gol en el minuto 40, salvo algunos despistes defensivos. Lo único que había que hacer es mantener el resultado hasta que acabase la primera mitad, pero un error en la salida de balón de Albelda provocó que el Celta cogiese a la defensa valencianista desprevenida y se dio el gol de Baiano. 1-1 al descanso, y las cosas que cambiaban mucho.

El comienzo de la segunda mitad estuvo marcado por una serie de despropósitos que acabaron en sendos goles del Celta, primero de Iriney tras un rebote en un jugador del Valencia y después de Cannobio en un disparo desde fuera del área con cantada incluida de Cañete. No andabamos finos, pese a todo, tras darse la salida de Gavilán y Joaquín, enseguida recortamos distancias merced a un golazo de Morientes (minuto 62). Quedaba mucho tiempo por delante pero el Valencia fue incapaz de anotar algún gol más.

Ningún jugador parecía enchufado: Ayala y Navarro no se entendieron; Moretti falló en defensa más que nunca; Villa no acertó a marcar en las tres oportunidades claras de las que dispuso; Albelda erró en el pase del primer gol frente al Celta y no logró imponerse en el mediocampo; Cañizares cantó en el tercer gol; Edu, Miguel Silva y Angulo estuvieron más tiempo desaparecidos que aparecidos. No era nuestro día.

Y es que tantas flores pre-partido por parte del Celta hacia el Valencia pudieron influir en que hubiese un exceso de relajación.

Lo peor, además de la derrota y la imagen de frialdad que dimos, fue la lesión de Vicente en un tobillo maltrecho (esperemos que no sea nada grave) y la expulsión de Gavilán, que no podrá participar en el próximo partido de Liga. Tampoco entiendo porque Quique no hico mayor uso de las rotaciones, yo en su lugar hubiese alineado a Joaquín (o Ximo en valenciano) y Morientes en lugar de Villa y Angulo, que venían de disputar los dos partidos de la selección, uno de ellos en un patatal.

Lo mejor, es que todos asumen que se jugó mal y se adjudican la responsabilidad. No echan la culpa a terceros. Eso es bueno, significa que están metidos en el equipo e identificados con el proyecto. Ahora hay que aprender de estos errores.


El Barcelona se distancia: Pues sí, parece que los culés no perdonan una y ya nos llevan 3 puntos. Tienen una semana muy complicada (aún les toca enfrentarse a Chelsea y Real Madrid), pero si salen bien parados se vendran muy arriba anímicamente y se reforzarán mentalmente. Ojito, no hay que dejar que se distancien mucho.

Jornada de desprópositos arbitrales: Fueron decisivos en la mayoría de los partidos disputados, y de nuevo evidenciaron su falta de nivel y exceso de ganas de hacerse notar. A su favor, decir que los jugadores de fútbol tampoco facilitan su trabajo, ni mucho menos.